- 250 gr. de Callos (si son naturales mejor)
- 1 tomate, 1 cebolla, 1 pimiento, 1 ajo
- 1 chorizo
- Un trocito de morcilla
- 200 gr. de garbanzos (previamente en remojo 24h, o de bote)
- Una cucharadita de pimentón picante
- Aceite de oliva
Si hemos comprado los callos típicos que vienen hechos una gelatina, tenemos dos opciones: comerlos así (sin hacer el sofrito) añadiéndole los garbanzos; o hacerlos un poco más sanos quitándole parte de la grasa. Para eso ponemos los callos en un cazo hasta que se derrita la gelatina.
Mientras, hacemos el sofrito con el ajo, el pimiento, la cebolla, el tomate (todo troceado) y una cucharada de aceite de oliva. Cuando ya esté pocho añadimos medio litro de agua. A continuación lo pasamos por la batidora y después por el colador (estos últimos pasos son opcionales, para no encontrarnos los tropezones de verduras al comer los callos). Ya tenemos el caldo.