- 1 docena de langostinos (o los que queramos)
- Harina
- Agua
- Una pizca de levadura en polvo
- Una pizca de colorante (el naranja típico que echamos al arroz)
- Una pizca de sal.
- Aceite para freír
Es una receta muy sencilla, y las cantidades variarán en función de lo que queramos comer.
En un bol, ponemos 2 o 3 cucharadas grandes de harina, y añadimos el agua poco a poco. Siempre mezclando bien hasta que nos quede un masa liquida pero muy espesa. Vamos rectificando de harina o agua según nos haga falta.
Añadimos un pellizco de sal, un pelín de colorante (naranja) y un pellizco de levadura en polvo. Mezclamos bien y dejamos reposar unos minutos.
Pelamos los langostinos dejándoles las colas. Ponemos el aceite a calentar a fuego alto-medio (no demasiado alto para que no se quemen). Cuando el aceite ya está caliente, (lo vamos echando uno en uno) cogemos el langostino por la cola, lo rebozamos y echamos a la sartén (con cuidado, echarlo con cuidadito para que no nos salpique). Echamos en la sartén los que quepan, evitando que se peguen unos a otros.
A mi me gusta escurrirlo bastante, porque ya que se comete el pecado de comer fritos de de vez en cuando, al menos quitarle todo el aceite posible.