Así que el Sur de España es el lugar perfecto para cultivarla, y yo como buena malagueña disfruto su vinito con mucho gusto!!
La reducción Pedro Ximénez se ha hecho casi tan famosa como el vino, y se usa en infinidad de platos incluso en postres.
La receta es muy fácil de hacer, y además en un periquete tendremos un manjar de dioses!!
- Un solomillo
- Un vasito de Pedro Ximénez
- Medio vasito de agua
- Una cucharadita de azúcar moreno
- Una cucharadita de maicena
- Sal gorda y pimienta
- Un pelín de aceite de oliva
- 1 cebolla
El solomillo últimamente siempre lo preparo así porque me encanta lo jugoso que queda.
Untamos de aceite la pieza de carne, salpimentamos y pasamos por la sartén a fuego medio casi fuerte, hasta que esté dorada por fuera. En el mismo jugo de la carne podemos echar una cebolla cortada en gajos y darle unos cuantos golpes de sartén.
Colocamos la cebolla sobre la fuente de horno y el solomillo encima, horneamos unos 15 minutos a 220 grados, aunque lo dejamos más o menos tiempo según el punto de la carne que queramos, a mi me gusta jugosa.
En un cazo vertemos el vino, el azúcar y la maicena previamente disuelta en un poquito de agua. A fuego medio, irá reduciendo en cuestión de minutos. Retiramos del fuego cuando alcance el espesor que deseemos, lo propio es que sea cremosa.