A veces es muy fácil caer en la tentación de comprar las croquetas congeladas en el super, pero éstas croquetas no nos van a llevar demasiado tiempo, y además salen por lo menos dos docenas. Así que las podemos congelar y nos servirán para hacerlas rápidamente en cualquier ocasión.
Mejor si son dos lomos de bacalao que vienen con menos espinas, pero sirve cualquier parte. Yo lo uso congelado o fresco, sin salazón. Si lo compramos salado, hay que ponerlo en remojo la noche antes y además hay que controlar el punto de sal de la masa, ya que éste tipo de bacalao es muy salado.
- Dos lomitos de bacalao
- 1 o 2 dientes de ajo
- 1 cebolleta (o cebolla)
- Tres o cuatro cucharadas de harina
- Leche, un vaso
- Un chorrito de aceite de oliva
- Una cucharada de mantequilla o margarina
- Una pizca de sal y pimienta
- Un huevo y pan rallado para rebozar
Hervimos el bacalao y lo dejamos templar.
Picamos el ajo y la cebolleta, bien pequeñito. Lo pochamos con un chorrito de aceite de oliva, sin dejar que se dore ni coja color. Queremos que esté transparente.
Desmenuzamos el bacalao y lo añadimos a la sartén. Salpimentamos y añadimos tres cucharadas de harina.
Mezclamos bien, así la harina se cocinará un poco, añadimos una cucharada de mantequilla o margarina (al enfriarse la masa, la mantequilla ayuda a que sea más manejable).
Vamos agregando poco la leche, hasta que consigamos una masa jugosa, que se separe fácilmente de la sartén.
Dejamos que temple, hacemos bolitas redondas o alargadas, pasamos por huevo y pan rallado. Freímos en aceite caliente.
Un truco para que al hacer las bolitas no se nos pegue a las manos, es tener las manos húmedas. Así que cada poco, nos las mojamos.