- 1 kilo de tomates maduros
- 1 pimiento verde (podemos añadir un trozo de pimiento rojo)
- 1 diente de ajo (o dos si nos gusta fuerte)
- Un trozo de cebolla (menos de la mitad de un cebolla no muy grande)
- Un chorrito de aceite de oliva
- Un chorrito de vinagre
- Sal
Mi consejo es que echemos todos los tomates de una vez, y el resto de los ingredientes las cantidades indicadas, y vamos probando y añadiendo un poco más en función de como nos guste. Así no corremos el riesgo de que quede demasiado fuerte.
Pelamos los tomates (podemos echarlos sin pelar, y batimos un poco más), para que sea más fácil hacemos un cruz con el cuchillo sobre la piel del tomate y sumergimos en agua hirviendo unos segundos y después en agua fría, así la piel sal sola.
Añadimos los tomates troceados y el resto de los ingredientes en el vaso de la batidora y batimos hasta que sea homogéneo. A mí no me gusta pasarme con el aceite de oliva, pero hay que echar un poco para que emulsione, de lo contrario tendríamos casi un zumo de tomate.