Tarta de nutella (o nocilla)

Poco puedo decir al respecto... Que soy una chocolatera empedernida, muchos ya lo sabéis!!, soy culpable.

Hay tardes, y sobre todo de domingos, que me da el antojo de chocolate. Abro el armario de los postres y a inventar se ha dicho!!


Son pocos ingredientes y muy básicos. Es una receta rápida y sin complicaciones que gana en sabor de un día para otro en la nevera.

Eso sí, no sabía como bautizarla si tarta de nutella o de nocilla o crema de cacao y avellanas... Cada uno que la llame quiera o según la crema que use!!


  • 4 huevos medianos
  • Medio bote de nocilla o nutella (que vienen a ser 3 o cucharadas grandes)
  • 200 ml de nata (100 ml. para la tarta y 100 ml para la cobertura)
  • Una cucharada de harina o maicena
  • 1/4 de tableta de chocolate para postres (vamos un trocito grande)
  • Un paquete de galletas maría, una cucharada de azúcar moreno, una cucharada de mantequilla o margarina y un chorrito de leche para hacer la base.

Trituramos las galletas, las mezclamos con la mantequilla derretida, el azúcar y un poquito de leche. Mezclamos bien y forramos la base del molde. El molde mejor que sea de los desmontables, yo he usado uno de 22 cm de diámetro. Reservamos en la nevera.

Separamos las yemas de las claras. Montamos las claras a punto de nieve, que como siempre digo, no vale espuma. Que nos queden bien montadas.

Batimos las yemas y las mezclamos con la nocilla o nutella. Podemos añadir una cucharada de harina o maicena para ayudar a que tenga más consistencia. Y si queremos que sea más dulce, añadimos un poco de azúcar, pero no hace falta. Añadimos 100 ml. de nata y mezclamos bien.

Ahora mezclamos la masa de chocolate con las claras montadas, lo hacemos poco a poco (para evitar que pierda aire) y con movimientos envolventes.

Precalentamos el horno a 200 grados, vertemos la mezcla en el molde y horneamos unos 30 minutos. Si pinchamos y vemos que el cuchillo sale un poco manchado, horneamos un poco más.

Mientras se hornea hacemos la cobertura de chocolate (ganache). Ponemos en un cazo 100 ml de nata y el chocolate troceado. A fuego medio, movemos hasta que el chocolate esté totalmente fundido. Reservamos (sin meter en la nevera) hasta que esté lista la tarta, y la cubrimos.

Guisantes con vinagreta de jamón serrano

Un plato verde, verde, pero verde de verdad!! Como ya sabemos, el verde no puede faltar todos los días en la mesa y por suerte variedad tenemos. Además muy sencillo de cocinar!!

En vez de hacer los guisantes con jamón tradicionales, he hecho una vinagreta con jamón serrano y la he pasado unos segundos por la sartén.



  • Guisantes (he usado unos 250 gr.) Cada uno que use la cantidad  que necesite.
  • Aceite de oliva
  • 1 diente de ajo
  • Una o dos lonchas de jamón serrano (o un puñadito de taquitos de jamón)
  • Un pellizco de sal
  • Un vasito de agua

En una sartén con tapadera echamos un chorrito de aceitey cocinamos los guisantes a fuego muy lento.

Cuando pasen unos 10 minutos añadimos el agua y un pellizco de sal, tapamos y cocinamos unos 20 minutos, o más si hace falta. Hasta que estén tiernos.

Mientras en una picadora añadimos un chorrito de aceite de oliva, el diente de ajo y el jamón serrano. Y le damos caña a la picadora!!!

Cuando sirvamos los guisantes, justo antes pasamos éste aliño por la sartén unos segundos y se lo echamos por encima.

Solomillo con salsa de higos

Tengo que confesaros que desde que hace muchos año vi la película "La guerra de los Rose" tengo ganas de preparar ésta salsa.

Si recodáis la escena en que van a dar una gran cena, y Barbara Rose (Kathleen Turner), perfecta anfitriona ésta preparando una salsa de higos pero no recuerdo bien si era solomillo, y su marido Oliver Rose (Michael Douglas) no tiene otra cosa que hacer que orinarse sobre el pescado.

Ésta peli es un clásico y ésta receta es mi pequeño homenaje a una película tan cruda, sarcástica y divertida. Espero que os gusten ambas.


He usado higos secos, se venden harinados y se pueden encontrar en cualquier super. Quise decorar con un poquito de miel de caña que termina de darle un toque extraordinario al plato, pero como hacer fotos lleva un ratillo, la carne la absorbió y por eso se ve así, y no se puede apreciar el punto de la carne que es perfecto!!


  • Un solomillo de cerdo
  • 50 gr. higos secos (unos diez higos)
  • 1 cebolleta grande o 2 pequeñas
  • Una cucharadita de maicena
  • Un vasito de vino blanco
  • Un chorrito de brandy (opcional, si lo tenemos por casa)
  • Una cucharada de azúcar moreno
  • Un chorrito de aceite de oliva y una cucharadita de mantequilla o margarina
  • Sal y pimienta

Enjuagamos los higos (para quitarles el exceso de harina) los troceamos y cocinamos con una cucharadita de mantequilla a fuego lento. Tras unos 10 minutos estarán tiernos, añadimos el azúcar y un chorrito de brandy (si no tenemos, vino blanco). Lo caramelizamos unos minutos. Reservamos.

Troceamos la cebolleta, y la pochamos con un poco de aceite de oliva en la misma sartén donde hemos cocinado los higos. Una vez esté blandita añadimos los higos, el vino blanco, una cucharadita de maicena y salpimentamos. Cocinamos hasta que se evapore el alcohol del vino, entre 5 y 10 minutos.

Pasamos por la batidora, dejando la salsa fina. Podemos dejas unos trocitos de higos caramelizados para decorar el plato. Echamos la salsa en un cazo, echamos un poco más de vino o brandy, corregimos el espesor con agua y la cocinamos a fuego mínimo hasta que la carne esté lista.

Ponemos a calentar un sartén a fuego fuerte, una vez caliente añadimos un pelín de aceite de oliva y doramos la pieza entera de solomillo un par de minutos. Queremos sellar la pieza para que los jugos de la carne queden por dentro una vez que lo metamos en el horno.

Colocamos en una fuente de horno y horneamos a 220 grados entre 10 y 15 minutos. Sacamos del horno y dejamos reposar un poco antes de servir. Añadimos el jugo de la carne a la salsa y mezclamos bien.

Soufflé de calabacín

Mi idea era hacer dos soufflés, uno para cada uno, pero salieron tres... y no quedaron ni las migas!! 
Recomiendo que probéis con el soufflé, la textura es muy ligera y el sabor increíble. 


El secreto del soufflé son las claras montadas a punto de nieve, y el secreto de su sabor dependerá de los ingredientes que empleemos.




Confieso que éste día hice natillas, y como me sobraron tres claras vi la oportunidad de hacer un rico soufflé para acompañar la merluza que tocada ese día. Eso sí, podemos usar los huevos enteros, las yemas las mezclaremos con el resto de los ingredientes y las claras las montaremos.


Para 4 soufflés

  • 4 huevos (las yemas podemos usarlas o reservarlas para cocinar otro plato)
  • 1 calabacín
  • 4 lonchas de bacon
  • Una cebolleta o puerro
  • 2 cucharadas de queso de untar (media tarrina de queso, que puede ser light)
  • Una cucharadita de maicena
  • Sal y pimienta
  • Un chorrito de aceite de oliva y un poco de mantequilla para engrasar los moldes.

Picamos la cebolleta o el puerro, y lo pochamos con un chorrito de aceite de oliva. Picamos el calabacín en daditos pequeños y los añadimos a la sartén. Hacemos lo mismo con el bacon, a mi me gusta quitarle toda la parte de grasa. Lo añadimos. Salpimentamos.

Una vez que el calabacín se ha pochado, añadimos el queso de untar u la maicena, mezclamos bien. Dejamos que temple y mientras montamos las claras.

Yo las monto con el accesorio de varillas de la mini primer, así controlo mejor el punto. La Thermomix también lo hace, pero casi siempre deja en la parte de abajo una parte que no monta. ¡¡Eso si, a punto de nieve total, no vale espuma!!

Ahora mezclamos las claras con el resto de los ingredientes, las vamos incorporando poco con movimientos envolventes. Yo tengo una lengua de silicona que para estos menesteres (y otros muchos más) es perfecta.

Precalentamos el horno a 210 grados, engrasamos los moldes con un poco de mantequilla y llenamos hasta la mitad (si llenamos un poco más, sobresaldrá un poco y hace un efecto bonito).

Si vemos que se quema la parte de arriba antes de que haya duplicado su tamaño, bajamos un pelín la temperatura. En unos 15 minutos estará listo (dependerá del recipiente que hayamos usado)


Cookies de queso, patata y cebolla

Como aperitivo o guarnición éstas cookies son ideales, mi recomendación es comerlas recién hechas. Aunque están tan buenas, que no creo que sobren muchas!!


Hay que tener en cuenta que con estas cantidades salen unas 20, dependiendo del tamaño que le demos. Así que para comer con la familia y con los peques son perfectas.


  • 250 gr. de patatas
  • 100 gr. de jamón serrano(en taquitos pequeños)
  • 100 gr. de queso rallado
  • 100 gr. de cebolla deshidratada (la venden en el apartado de especias del supermercado)
  • 60 gr. mantequilla
  • 3 huevos
  • 1 vaso de agua
  • Pimienta y sal

Hervimos las patatas, o bien las asamos unos 7 minutos en el microondas. Las aplastamos con un tenedor, no hace falta hacer puré.

Mientras calentamos el agua y la mantequilla hasta que se funda, y sin dejar de remover vamos agregando los huevos y la cebolla deshidratada. Poco a poco se irá haciendo una masa más o menos compacta.

Añadimos el jamón picadito y las patatas machacadas y un puñado de queso rallado, salpimentamos y mezclamos bien. Hacemos una bola con la masa, la envolvemos en papel film y dejamos enfríar 30 minutos en la nevera.

Forramos las bandeja con papel de horno y engrasamos con aceite de oliva o mantequilla. Vamos haciendo bolitas con la masa y aplastándolas hasta darle la forma de cookie. Espolvoreamos con el queso rallado y horneamos a 200 grados unos 15 minutos, hasta que estén doradas.


Mousse de fresa en vasitos de chocolate

Es una receta fácil, sencilla y no demasiado laboriosa. Es fruto de una tarde de improvisación, ya que tenía una caja grande de fresas y se me podían echar a perder.




Ingredientes para seis vasitos, que también dependerá del tamaño del molde. Yo he usado uno para cup cakes o magdalenas. Es importante que sea de silicona, para que sea fácil de desmoldar.


  • 1 yogur blanco azucarado
  • 300 gr. de fresas frescas
  • 1 sobre de gelatina en polvo
  • 1 cucharada de azúcar (opcional)
  • Media tableta de chocolate y una cucharadita de mantequilla (blanco o negro, si queremos hacer de los dos sabores un 1/4 de tableta de cada)
  • 100 ml de nata para montar (opcional)

Troceamos las fresas y las ponemos en un cazo a fuego medio. Poco a poco irá soltando el zumo y tomando un color rojizo irresistible. Podemos añadir una cucharada de azúcar si nos gusta más dulce. Una vez que parezca mermelada, apagamos el fuego y dejamos que temple.

Mientras fundimos el chocolate en el microondas o al baño maría, con una cucharadita de mantequilla, a golpes de 30 segundos y removiendo, para que no se queme.

Pintamos los moldes con el chocolate, que quede bien cubierto y dejamos enfriar unos 20 minutos en el congelador.



Mezclamos las fresas con la gelatina en polvo, que se disuelva bien. Añadimos el yogur, mezclamos y rellenamos los vasitos. En cuestión de un par de horas ya está listo para comer.

Podemos cubrir con un poco de ganache, es decir, si nos sobra chocolate, lo mezclamos con un poco de nata y lo ponemos a hervir. Dejamos que temple y cubrimos los vasitos, la verdad es que le da un toque de chocolate cremoso delicioso.

Meriendas caseras para una tarde de domingo....

Los domingos por la tarde siempre los he sentido como espacios para poder hacer lo que me apetece, es el último suspiro de la semana cuando ...